Cuando piensas en Nueva Zelanda, ¿qué imagen se te viene a la mente? Tal vez kilómetros de costa, surf, cultura maorí y, por supuesto, paisajes espectaculares. Y es que este país posee una diversidad natural incomparable. Desde majestuosas montañas cubiertas de nieve hasta exuberantes bosques tropicales, esta joya del Pacífico Sur ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza y los aventureros por igual. Y entre todos esos tesoros naturales con los que cuenta, uno de los más preciados, uno con mucho Duende, se encuentra el Parque Nacional Abel Tasman. Hablamos de un paraíso costero que te invita a explorar sus playas doradas, acantilados escarpados y aguas cristalinas. Por eso, desde Planes con Duende te presentamos en este post este magnífico destino neozelandés. ¡Disfruta de este recorrido por su historia, su belleza y las emocionantes experiencias que te aguardan en este rincón celestial de Nueva Zelanda!
Historia del Parque Nacional Abel Tasman
En primer lugar, vamos a situar el Parque Nacional Abel Tasman en el mapa de Nueva Zelanda. Esta joya natural se encuentra en la bahía dorada, localizada en el extremo norte de la Isla Sur. Su nombre lo debe al del explorador neerlandés Abel Tasman, quien llegó a estas costas en diciembre de 1642. Fue él quien lideró la primera exploración europea documentada de Nueva Zelanda, marcando el inicio de la interacción entre los maoríes locales y los extranjeros europeos. Tasman, al llegar a estas tierras, quedó impresionado por la belleza natural de la región. Sus playas doradas y su exuberante vegetación quedaron descritas en sus crónicas de viaje.
A lo largo de los siglos, el área que ahora comprende el Parque Nacional Abel Tasman ha sido habitada por diversas tribus maoríes, cuyos vestigios culturales aún se pueden encontrar en la zona. Sin embargo, fue en 1942, en el tricentenario del avistamiento de Tasman, cuando se estableció formalmente como parque nacional, convirtiéndose en el más pequeño de Nueva Zelanda. Desde entonces, ha sido un refugio para la flora y fauna nativas, así como un destino popular para los amantes del senderismo y la naturaleza. Y después de este repaso histórico del lugar, ¿verdad que entran aún más ganas de visitarlo?
Las maravillas del Parque Nacional Abel Tasman
Como puedes intuir, el Parque Nacional Abel Tasman contribuye enormemente a que Nueva Zelanda sea considerado un destino natural de primer nivel. Esta área ha adquirido un renombre por sus impresionantes paisajes costeros, que te ofrecerán una amplia variedad de actividades. Sus playas doradas, bañadas por aguas cristalinas, son ideales para tomar el sol, nadar y practicar deportes acuáticos como kayak y buceo. Entre las playas más famosas se encuentran Kaiteriteri, Marahau, Coquille Bay, Anchorage y Torrent Bay, cada una con su propio encanto y belleza única.
Una de las zonas más destacadas del parque es el llamado ‘Sendero de la Costa’, el cual alcanza alguna de estas maravillosas playas que te mencionamos. Se trata de un camino de 60 kilómetros que serpentea a lo largo de la costa y ofrece vistas panorámicas impresionantes. Si te animas a recorrerlo, podrás explorar acantilados de granito esculpidos por el viento y el mar, exuberantes bosques nativos y una abundante vida silvestre. Por otro lado, además de esta ruta escénica, el parque ofrece muchas otras. Están el sendero de Gibbs Hill y el de Inland, que también te llevarán a través de paisajes diversificados y panorámicas espectaculares. Asimismo, el Parque Nacional Abel Tasman alberga varios puntos de interés naturales, como el impresionante Harwoods Hole, una increíble caverna profunda y vertical. Totaranui, una bahía apartada y tranquila, es otro lugar popular para acampar y disfrutar de la naturaleza virgen del parque. Y las cataratas Wainui, con su cascada impresionante y piscinas naturales, también son un destino imperdible si buscas refrescarte y explorar la belleza natural del área.
Actividades náuticas y avistamiento animal
Ahora bien, si hay un rasgo realmente espectacular y diferenciador de este Parque Nacional Abel Tasman es que ofrece una amplia gama de actividades náuticas para explorar sus aguas cristalinas y su diversa vida marina. Entre las más populares se encuentra el kayak, para remar a lo largo de la costa y descubrir cuevas marinas, arcos naturales y playas escondidas. Los recorridos en barco también son una excelente manera de explorar el parque desde el agua. De hecho, hay cruceros que ofrecen la oportunidad de avistar vida marina, como delfines, focas y aves.
En este sentido, te desvelamos que el Parque Nacional Abel Tasman es el hogar de una rica variedad de vida silvestre marina y aviar, lo que lo convierte en un destino privilegiado para el avistamiento de animales. Las colonias de focas que habitan en las costas rocosas del parque son de lo más comunes durante los recorridos en barco y kayak. También frecuentan sus aguas multitud de delfines, que a menudo se acercan a las embarcaciones para jugar y saltar. Además, pequeñas manadas de orcas ocasionalmente hacen su aparición, ofreciendo la oportunidad de presenciar a estos majestuosos mamíferos en su hábitat natural. Y en cuanto a la avifauna del parque, igualmente impresionante. Destacan el curioso rascón weka, los pequeños pingüinos azules, los ostreros y las pardelas, entre otras formidables especies.
En resumen, el Parque Nacional Abel Tasman es un tesoro natural que merece ser explorado por todos los viajeros con Duende que buscan una aventura inolvidable en Nueva Zelanda. Con su historia fascinante, sus paisajes impresionantes y su abundante vida silvestre, este parque costero ofrece una experiencia única que te dejará una impresión duradera si tienes la suerte de visitarlo. Ya sea remando en kayak por aguas cristalinas, caminando por senderos escénicos o simplemente relajándote en sus playas doradas, el Parque Nacional Abel Tasman tiene algo para todos. ¡Ven y descubre su belleza incomparable junto con nosotros!