Marruecos, tierra de contrastes y encanto, es un destino que despierta la imaginación de todos los viajeros. Desde las vibrantes calles de Marrakech hasta las tranquilas costas de Essaouira, este país norteafricano ofrece una experiencia única que combina historia, cultura y arquitectura. Y en el corazón de esta fascinante tierra, se encuentra el legado del movimiento almohade, una época de esplendor arquitectónico que dejó huella en todo el Magreb occidental y más allá. Desde su centro de poder en Tinmal, situado a unos 80 kilómetros al sur de Marrakech, la influencia de los almohades se extendió tanto que, incluso, llegó hasta Al-Andalus, dejando a su paso un legado que perdura hasta nuestros días. Una herencia que se caracteriza por una arquitectura imponente, elegante y funcional, que refleja los valores y la visión de una época dorada… ¡Que todavía puedes conocer!
De los aspectos más fascinantes del legado almohade, nos podríamos quedar con su influencia en la arquitectura religiosa, especialmente en la construcción de mezquitas y minaretes. Y aquí llega lo más interesante… ¡En Marruecos podrás encontrar dos “hermanas” de la Giralda de Sevilla! La Torre de la Mezquita de Koutoubia, en Marrakech, y la Torre de Hassan, en Rabat; dos ejemplos emblemáticos del legado almohade. Cada uno de estos monumentos evoca la grandeza y la majestuosidad que imperaba siglos atrás en este país. ¡Y desde Planes con Duende te animamos a que conozcas de cerca toda su historia!
La Torre de la Mezquita de Koutoubia, en Marrakech
La Torre de la Mezquita de Koutoubia es una de las joyas arquitectónicas más emblemáticas de Marruecos. Levantada bajo el reinado del califa bereber Yaqub al-Mansur, al igual que la Giralda, este minarete de 69 metros de altura se alza sobre el horizonte de Marrakech. En cuanto a sus orígenes, el nombre “Koutoubia” tiene su justificación en los puestos de los vendedores de libros que solían rodear la mezquita, dando a entender su conexión con el comercio y el conocimiento.
Si visitas Marrakech, podrás visualizar la torre de la Mezquita de Koutoubia junto a la bulliciosa plaza de Jemaa El Fna. De ahí que este monumento sea mucho más que un símbolo religioso. Se erige como uno de los epicentros culturales y sociales de la ciudad. No dejes de subir a lo alto de esta torre, desde donde podrás disfrutar de vistas panorámicas de Marrakech y apreciar la belleza de su arquitectura almohade. Además, si te fijas detenidamente, podrás apreciar el impresionante testimonio del estilo arquitectónico almohade. Sus elementos decorativos, como los paños de sebka y el yamur, reflejan la exquisitez y la precisión características de esta época. Eso sí, a diferencia de la Giralda, construida en su mayoría con ladrillos, la torre de Koutoubia está completamente hecha de piedra, lo que le confiere una solidez y una durabilidad excepcionales.
La Torre de Hassan, en Rabat
Otra hermana de la Giralda que se encuentra en tierras marroquíes es la Torre de Hassan, en Rabat. Esta imponente estructura, construida a finales del siglo XII por orden del sultán Yaqub Al-Mansur, forma parte de un ambicioso proyecto arquitectónico que nunca llegó a completarse. Originalmente concebida como el minarete de la que iba a convertirse en la segunda mezquita más grande del mundo, la Torre de Hassan es un testimonio de la grandeza y la visión del imperio almohade.
Aunque solo se conservan 44 metros de la torre, su rica decoración de arquillos polilobulados y paños de sebka resaltan su esplendor. Además, no te dejará indiferente todo lo que rodea a la Torre de Hassan. Observarás alrededor multitud de columnas incompletas que evocan la grandeza de la mezquita inacabada. Y por todo ese legado histórico, cultural y arquitectónico, la Torre de Hassan es otro de los grandes símbolos almohades que guarda Marruecos.
Otros monumentos de Marruecos con ecos de Al-Andalus
Además de las icónicas torres de Koutoubia y Hassan, en Marruecos podrás observar multitud de monumentos que comparten similitudes arquitectónicas e históricas con sus contrapartes en Andalucía. Uno de ellos es la Kasbah de Taourirt, en Ouarzazate, que guarda similitudes sorprendentes con la Alhambra de Granada en su estructura y función. Ambas fueron residencias de la alta nobleza y están construidas en terrazas escalonadas que se funden armoniosamente con el paisaje circundante. Además, en ambos monumentos, sus intrincados patios interiores y sus exuberantes jardines evocan una sensación de serenidad y belleza.
Otro monumento que evoca la grandeza de Al-Andalus es la Kasbah de los Udayas, en Rabat. Esta antigua fortaleza, construida en el siglo XII por los almohades, es un testimonio de la arquitectura militar de la época. Compuesta por altas murallas y estrechas callejuelas, la verás muy parecida a los alcázares de Sevilla o Córdoba. También transporta a la capital cordobesa la Mezquita de Tinmal. Este otro monumento, que guarda una estrecha relación con la arquitectura religiosa de Al-Andalus, presenta una estructura interior similar a la de la Mezquita de Córdoba, con su planta rectangular, su patio interior rodeado de columnas, los elaborados detalles de sus arcos de herradura y la rica ornamentación de sus paredes.
Tanto las torres de Koutoubia y Hassan, como los monumentos mencionados anteriormente, son solo algunos ejemplos de lo mucho que Marruecos comparte histórica, cultural y arquitectónicamente con Andalucía. Si visitas lugares como estos, tendrás la oportunidad de explorar de primera mano la rica interconexión entre estas dos zonas que solo se encuentran separadas por el Estrecho de Gibraltar, pero que estuvieron verdaderamente unidad durante siglos. Es así como Marruecos te ofrece algo único: presenciar el esplendor pasado y los legados compartidos. Porque los vínculos entre este fascinante destino y Andalucía trascienden las fronteras geográficas y culturales.