En todo viaje a Croacia que se aprecie debe haber lugar para recorrer Dalmacia
Ese tramo de costa de la región sur con casi 4.000 millas de extensión en el que se elevan espectaculares acantilados de piedra caliza. Desde esas profundidades llegarás hasta una costa en la que te aguardan increíbles ciudades y playas desde las que tendrás acceso a esas joyas que posee el Mar Adriático, como son las más de mil islas que se encuentran dispersas entre sus aguas.
Hay tanto por explorar. Tantas ciudades, tantas islas, tanta belleza a lo largo de esta magnífica costa repleta de naturaleza y enmarcada en las resplandecientes aguas del Adriático. Un mar que baña ciudades amuralladas con tanta riqueza histórica y tantas joyas arquitectónicas que contribuyen a que esta encantadora región tenga mucho Duende.
Tanto en la península como en alguna de sus muchas islas te adentrarás en auténticas obras maestras escénicas que te ofrecerán una combinación sinigual de playas, historia, aventuras y una gastronomía en la que no falta el marisco fresco ni el vino local. ¿El mejor plan? Un simple paseo. Porque en Dalmacia no hay nada más perfecto que caminar sobre los pintorescos adoquines de las calles de los cascos antiguos, tan estrechas que no te toparás con ningún coche que te haga quitar la vista de toda la belleza que te rodea.
Ciudades para enmarcar
Todas y cada una de las ciudades de la costa dálmata son especiales. Comienza a descubrir su belleza explorando sus calles pedregosas, perdiéndote por sus rincones, ojeando sus concurridos mercados y contemplando el mar y las puestas de sol desde sus apacibles puertos.
Para que conozcas más en profundidad algunas de estas incomparables urbes, te guiamos por la costa desde la parte norte de Dalmacia, donde se encuentra una joya arquitectónica como Zadar. La hermosa iglesia bizantina de San Donato y el foro romano son dos de los atractivos de esta ciudad, aunque el mayor de ellos se encuentra en el paseo marítimo: el órgano marino que convierte el choque de las olas en notas musicales. Otro emblema del norte de Dalmacia es Šibenik, con un importante puerto y un encantador casco antiguo plagado de sorprendentes callejones empinados y escalones de piedra por los que no te importará perderte. Conocerás iglesias históricas y plazas evocadoras hasta llegar a lo más alto de la ciudad, donde se encuentra la Catedral de St. James, que surge a lo lejos cuando menos te lo esperas.
En el centro de Dalmacia es donde se ubica la gran ciudad de Split, con sus impresionantes ruinas romanas que brotan entre su laberinto de sinuosas callejuelas, enmarcadas en un bullicioso ambiente urbano, junto a un paseo marítimo repleto de gente. A esta altura de la costa dálmata está también Trogir, una encantadora ciudad medieval coronada por multitud de tejados rojos alrededor de un pequeño y acogedor centro histórico. Trogir te trasladará a esa Croacia de antaño alejada del bullicio, con sus mercados al aire libre, sus fortalezas, su cultura religiosa y el deleite de degustar platos de marisco fresco en pleno puerto.
Este recorrido por la costa dálmata finaliza en el sur, donde se impone la ciudad histórica de Dubrovnik, la “perla del Adriático”, que ha visto aumentado su reconocimiento gracias a la serie ‘Juego de Tronos’. Allí tendrás la oportunidad de dar un paseo panorámico por la muralla, rodeando un gigante y encantador casco histórico, junto a hermosas playas y con un impresionante mirador en la cima de una montaña. Sin duda, Dubrovnik es una ciudad que te inspirará y, a la vez, te hará suspirar. Un lugar que se ha ganado una reputación en Croacia y que acoge a todos sus visitantes para que su experiencia en el país sea aún más enriquecedora.
Las islas de Dalmacia, tesoros únicos
Y de la costa nos vamos mar adentro. Porque cuando al encanto y hermosura de las ciudades añadimos el de sus islas, ahora sí que Dalmacia no tiene comparación alguna. Hermosas playas, solitarios faros, viñedos y, sobre todo, tranquilidad te esperan en pleno Mar Adriático. Eso sí, vas a necesitar bastante tiempo para conocer las más de mil islas que bañan las aguas de la costa dálmata, aunque toda aventura siempre tiene un comienzo. Esta empieza en unas aguas azul prístino donde solo 47 islas están habitadas y la mayoría de ellas solo por unas pocas familias. Cada isla tiene su propia historia, aunque todas son impresionantes. De una forma u otra, siempre para bien, te dejarán boquiabierto y provocarán tu asombro por su belleza, su hospitalidad y las ganas que te crearán de prolongar más tu estancia.
Una de las islas más conocidas es Brač, singular por sus playas de guijarros blancos, su oleaje propicio para el windsurf y su asombrosa ermita de Blaca, ubicada en el municipio de Bol. En lo que a lujos se refieres, Hvar se lleva la palma. Una isla que derrocha esplendor, con un casco antiguo que atrae a la alta sociedad, un interior campestre y unas playas que te seducirán para desconectar.
Si tanta mesura te abruma, puedes decantarte por Korčula, una isla más discreta, con un casco antiguo amurallado y engalanado con un fiordo al fondo que crea un paisaje verdaderamente exuberante. Otra opción es Vis, una ciudad remota en una de las islas más alejadas de la costa. Este lugar es la mejor opción si buscas una escapada tranquila en medio del Adriático, ofreciéndote increíbles actividades (como la natación y el buceo) y deleitándote con una envidiable gastronomía.
Otra recomendación es Mljet, la isla más larga del sur de Dalmacia y la más verde de Croacia. Su resaltante vegetación contrasta con las claras aguas que la rodean, poseedoras de una gran cantidad de vida marina y que bañan sus costas de arena suave. En lo gastronómico, Mljet es reconocida por sus vinos, sus aceitunas y su queso de cabra. No dejes escapar la ocasión de probarlos a la vez que disfrutas en un paraje natural como es esta isla, con playas y lagos que la convierten en un destino de ensueño. Y, por último, te presentamos Šolta, un paraíso de olivares, viñedos y playas vírgenes donde la diversión y la fiesta siempre tienen cabida.
Una cocina auténtica
Las playas de Dalmacia han estado presentes en casi todos los destinos que te hemos presentado, pues son el lugar perfecto para desconectar de todo en un ambiente limpio y apacible. Pero además de ofrecerte relax, la costa dálmata es también una oportunidad para disfrutar de la buena comida y de buenos vinos. Las ostras y las trufas son dos de sus grandes joyas gastronómicas, aunque lo cierto es que cada ciudad posee sus propias tradiciones culinarias.
No podrás marcharte de Dalmacia sin probar la ‘peka’, una forma especial de cocinar carne o pescado, ni tampoco el Skradinski Rižot (un risotto que necesita más de siete horas de cocinado) ni la pašticada, una estofado de ternera típico de la región maridado con vino local.
Lo cierto es que hay tanta variedad que no sabrás por dónde empezar. Simplemente, disfruta de lo que te sirvan y degusta los placeres de la exquisita cocina croata ya sea junto en un puerto a orillas del mar, en una pintoresca plaza medieval, sobre una antigua muralla o en la playa de una isla apartada de la costa.
Así pues, si eres un apasionado de la historia, las playas, la naturaleza y la gastronomía, no puedes faltar a tu cita con Croacia. Un país majestuoso que posee una región tan encantadora y auténtica como Dalmacia, que alberga tantas ciudades e islas tan encantadoras que la convierten en una región única en el mundo.
No importa lo que esperes de este lugar ni como te imagines tu experiencia. Dalmacia siempre te sorprenderás y nunca podrás olvidarte de ella. Prepárate para pasar momentos divertidos y de nostalgia, a cambio de dejar atrás las preocupaciones ordinarias. Todas ellas se desvanecerán cuando empieces a descubrir las ciudades e islas de esta región. O con el simple hecho de contemplar una puesta de sol a orillas del Adriático entre las sombras que se proyectan en la costa. Jamás de habrías imaginado estar en un lugar igual. Solo en ti está la posibilidad de convertir un momento efímero en una vivencia eterna.