Desconexión y aventuras en la Península de Nicoya
Hablábamos en el anterior post dedicado a Costa Rica de la gran cantidad de lugares que conocer y actividades que existen en este país, pese a sus reducidas dimensiones. Rodeado de una exuberante vegetación y una inigualable belleza natural, todo viajero que se adentra en territorio costarricense quedará prendado por todas sus maravillas naturales. Sin embargo, ya lo adelantábamos, Costa Rica alberga tal cantidad de entornos fascinantes que sería complicado dedicar una sola publicación a todos ellos.
Por eso, en los siguientes párrafos, queremos mostrarte uno de los tesoros más preciados y mejor guardados que tiene este país. Lejos del bullicio y aislada entre impresionantes paisajes naturales, la Península de Nicoya es uno de esos lugares que los viajeros suelen pasar por alto, pero que sin duda merece una especial atención. Por eso, en Planes con Duende queremos mostrarte todos los encantos de esta zona situada en el noroeste de Costa Rica, en la costa pacífica, y que compone tanto la provincia de Guanacaste como la de Puntarenas.
Muchos la definen simplemente como el destino perfecto para desconectar del estrés diario. Hermosas puestas de sol que te dejarán anonadado, exóticos peces de colores entre los que nadar, lindas aguas turquesas donde bañarse, bosques serenos que explorar… En definitiva, un lugar con mucho Duende.
El encanto de Nicoya capital
Partiendo desde el interior, se localiza la ciudad de Nicoya, que comparte nombre con la propia península. Situada en una llanura entre montañas de no gran tamaño, esta capital destaca por el aire de alegría y jolgorio que abunda entre sus calles. Una emoción que fácilmente es transmitida al viajero por sus habitantes, quienes tienen la fortuna de residir en una ciudad pequeña de tamaño, pero enormemente encantadora.
Uno de los puntos más importantes de Nicoya capital es la Parroquia San Blas, fundada en 1644, de un destacado adobe blanco que y que ha sido capaz de sobrevivir a numerosos terremotos, lo que la convierte en una de las iglesias más antiguas del país. Frente a ella se encuentra otro de los lugares más destacados de la ciudad, el Parque Central. Tantos las autoridades como sus vecinos se esmeran por tener especialmente cuidado este hermoso parque, plagado de enormes y centenarios árboles.
Además, destaca de Nicoya capital la notable presencia china entre sus habitantes, estando plagada la urbe de restaurantes, hoteles y tiendas de la ciudad propiedad de descendientes de inmigrantes chinos. Un choque de culturas curiosos, a la par que fascinante.
Las playas, su principal atractivo
En la zona costera es donde reside el península de Nicoya. Un ambiente relajado aislado y despampanante. Tal vez el camino hasta llegar hasta ellas no sea corto ni sencillo, pero este es otro de los encantos de la travesía, contemplar los recorridos que llevan hasta estos paraísos de aguas azules, arenas suaves y palmeras con brisa. Visites la que visites, ninguna te decepcionará.
La playa de Samara es una de las más frecuentadas en la región. Su tranquilidad y calma de son dos de los grandes tesoros de Costa Rica, estando esta playa conformada por una bahía de aguas tranquilas, perfectas para nadar o animarse a practicar kayak, esnórquel o pesca deportiva.
El remoto pueblo de Montezuma alberga una de las playas mejor consideradas, y esto es ya que combina a la perfección la relajación con la aventura. En un entorno en el que abundan exóticos chiringuitos por sus alargadas y hermosas playas de arena blanca, Montezuma ofrece numerosas actividades llenas de acción que podrás compaginar con tus momentos de relax. Lanzarse en tirolina es una de las más llamativas, aunque también existe al sur del pueblo un lugar plagado de cascadas en las que poder escalar o, si no le prefieres, practicar el senderismo.
Merece ser citada también la playa de Santa Teresa, un paraíso para los amantes del surf y el yoga. En este lugar, ubicado en el extremo sur de la Península de Nicoya, son frecuentes las olas, variando a lo largo de las temporadas, siendo ideales tanto para principiantes como para expertos. Asimismo, el ambiente de relajación y la vibra que transmite la playa de Santa Teresa lo convierten en un lugar ideal para realizar un retiro de yoga. Despertarse por la mañana temprano, contemplar unas vistas espectaculares, comenzar los ejercicios y desconectar. Puro bienestar.
Sus encantos salvajes
Por otra parte, y como ya anunciamos en el anterior post dedicado a las maravillas naturales de Costa Rica, si hay algo que los viajeros saben apreciar es la abundante vida salvaje de este entorno. La Península de Nicoya ofrece una gran variedad de ecosistemas y la oportunidad de contemplar algunas de las especias más bellas y exóticas del planeta: monos, perezosos, loros, delfines, mantarrayas… Aunque si hay una especie que de verdad abunda en sus parajes naturales, e incluso pueblos, son los lagartos e iguanas.
Asimismo, las tortugas y sus arribadas son otro de los grandes atractivos naturales de Nicoya. La playa de Ostional, dentro del Refugio Natural de Vida Silvestre con su mismo nombre, es uno de los lugares de anidación más importantes del país para las tortugas lora que desembarcan en masa para desovar bajo la luna llena, generalmente, entre los meses de agosto y diciembre.
No te queda más que desconectar y adentrarte en un estilo de vida simple y sencillo pero, a la vez, activo. Empaparte de una cultura local que se toma con calma lo cotidiano, pero que sabe vivirlo intensamente. Quizás sea este el secreto de que la Península de Nicoya sea una de las cinco “zonas azules” del mundo; es decir, un área donde la vida de los lugareños destaca por ser más larga y saludable. Así que, si pasar algunos días allí puede lograr efectos tan positivos en una persona… ¿A qué esperas para lanzarte a la aventura?