Filipinas, ese archipiélago paradisíaco situado en el corazón del Sudeste Asiático, suele cautivar a los viajeros con sus playas de ensueño, su exuberante biodiversidad y su rica historia. Pero, ¿sabías que detrás de su belleza natural se esconde un legado cultural profundamente arraigado en la influencia española? ¿Quién lo diría, verdad? Con lo lejos que quedan ambos países. Sin embargo, tirando de historia, España estuvo presente en ese conjunto de islas durante más de tres siglos, por lo que dejó una marca indeleble en el país. Tanto es así que, a día de hoy, ese legado se puede apreciar en su arquitectura, su gastronomía y su patrimonio cultural. Por ello, si te decantas por este destino, no te extrañes si aprecias algunos aspectos que te resultan familiares.
Una mirada al pasado
El dominio español en Filipinas comenzó en 1521 con la llegada de Fernando de Magallanes, quien reclamó el archipiélago para España. Durante los siguientes 300 años, España dejó una huella imborrable en la cultura y la sociedad de este archipiélago. Uno de los legados más visibles de la presencia española en Filipinas es su arquitectura colonial. De hecho, en el conocido barrio de Intramuros en Manila, y en ciudades provinciales como Vigan y Cebú, se conservan hermosas muestras arquitectónicas. Hablamos de casas de estilo bahay na bato, iglesias barrocas y calles empedradas que evocan la época colonial.
No obstante, recordemos que fueron tres siglos de presencia española en Filipinas, por lo que La influencia no se limitó a la arquitectura, sino que se extendió al idioma y a la religión. Y es que el español fue el idioma oficial del país durante todo ese tiempo. Actualmente, aunque su uso ha disminuido con el tiempo, todavía podrán sonarte algunas palabras y expresiones españolas que, en realidad, forman parte del idioma filipino (los números, los días de la semana, los meses del año…). Además, la religión católica, introducida por los españoles sigue siendo una parte integral de la vida en Filipinas. De hecho, alrededor del 80% de la población se identifica como católica, la mayor cifra si tenemos en cuenta a la totalidad de países asiáticos. En este sentido, las iglesias, catedrales y conventos que hay por todas las islas de Filipinas coparán un lugar destacado en tu itinerario.
La influencia hispánica en la gastronomía filipina
La comida se erige como otro gran legado hispánico que todavía se conserva. En concreto, la gastronomía filipina es una fusión única de influencias indígenas, chinas, malayas y, como decimos, españolas. La colonización introdujo ingredientes como el ajo, el tomate, el cerdo y el aceite de oliva, así como técnicas de cocción como el estofado y el escabeche. Platos emblemáticos como el adobo, el sinigang (caldo de pescado o carne) y la paella filipina son ejemplos perfectos de esta mezcla de sabores e influencias culturales. Anímate a probarlo y descubrirás ese legado en tu propio paladar. Y, por supuesto, prueba dulces como las yemas, los polvorones y las ensaimadas, también con raíces españolas.
Por otra parte, además de en los platos principales, la influencia hispánica se puede observar en bebidas como el café y el vino. Los españoles introdujeron el cultivo del café en Filipinas en el siglo XVIII y, actualmente, el país es conocido por la gran calidad de este producto. Del mismo modo, la producción de vino se remonta a la época colonial, y aunque Filipinas no es conocida como una región vinícola importante, todavía se producen vinos locales que reflejan esta herencia española.
El encanto colonial de Manila
Centrándonos ahora en la capital de Filipinas, Manila emerge como un auténtico tesoro de la época colonial española. En el corazón de la ciudad se encuentra el histórico barrio de Intramuros, que alberga algunas de las estructuras más emblemáticas del período colonial. La Catedral de Manila, la iglesia más antigua del país, y la Iglesia de San Agustín, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son testimonios de la influencia religiosa y arquitectónica española en Filipinas. Además, el Fuerte de Santiago y el Baluarte de San Diego son fortalezas construidas por los españoles que también ofrecen una fascinante visión de la historia del país. Otro punto destacado de la capital filipina es el Museo Casa Manila, una recreación meticulosa de una casa colonial del siglo XIX. Podrás pasear por sus elegantes salas, admirar su mobiliario antiguo y sumergirte en la vida cotidiana de la élite colonial española.
Además de todo ese encanto colonial, el casco histórico de Manila cuenta con una gran variedad de lugares de interés. Como ejemplos, el Parque Rizal, el Mercado de Quiapo y el bullicioso distrito de Binondo, el barrio chino más antiguo del mundo. Asimismo, la capital de Filipinas también es conocida por su vibrante vida nocturna, sus modernos centros comerciales y su escena cultural en constante evolución. Si eres un amante de la naturaleza, el Jardín Botánico y el Parque Oceanográfico ofrecen un refugio tranquilo lejos del bullicio de la ciudad. Y, si buscas adentrarte de pleno en la cultura del país, siempre puedes programar tu viaje para coincidir con alguno de los festivales y eventos que se celebran en Manila.
En resumen, explorar el legado español en Filipinas es una experiencia única que combina la belleza natural del archipiélago con su fascinante historia colonial. Desde las majestuosas iglesias barrocas hasta las deliciosas fusiones gastronómicas, cada rincón de este país insular cuenta una historia de influencia hispánica. Y, si pones tus miras en Manila, ya sea paseando por las calles empedradas de Intramuros o visitando alguno de los muchos puntos de interés con los que cuenta la capital, estás destinado a enamorarte del encanto que desprende este destino. Sabiendo ya todo eso, ¿a qué estás esperando? ¡Prepárate para embarcarte en un viaje inolvidable a este tesoro del Sudeste Asiático!