Entre las innumerables maravillas que ofrece todo África y, en particular, un país tan diverso y cautivador como Tanzania, existen lugares que permanecen ocultos, enigmáticos, alejados de las rutas turísticas convencionales. La región de Ndutu es uno de ellos. Una zona donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza despliega su magia de manera casi imperceptible. Un enigma que pocos aventureros han tenido el privilegio de descubrir y que, desde Planes con Duende, queremos presentarte. Y, para ello, hay que poner nuestras miras en el corazón de Tanzania. Justo en el límite sur del majestuoso Serengueti y el noroeste de la impresionante zona de conservación de Ngorongoro, emerge una maravilla efímera que transforma la sabana en un escenario donde la vida se despliega en todo su esplendor. Justo ahí, apenas perceptible si lo visionamos desde un mapa, se encuentra la mencionada región de Ndutu; tan extraordinaria como desconocida para la mayoría.
Las parideras de Ndutu, el ciclo de la vida en la sabana
Hablamos de Ndutu como un lugar mágico y efímero porque es testigo habitual de la asombrosa sincronización de la vida salvaje que se congrega para dar la bienvenida a la próxima generación de herbívoros. El ciclo de la vida se abre paso entre la sabana tanzana, entre las verdes llanuras que resplandecen aún más durante el mes de febrero. Por esa fecha y en esa zona tiene lugar un espectáculo natural que cautiva y conmueve a quienes tienen el privilegio de presenciarlo: las parideras. Dicho de forma sencilla, es la época y el lugar en los que los herbívoros dan a luz.
El punto álgido de las parideras se da en febrero, aunque ya desde diciembre pueden presenciarse a los ñus, cebras, jirafas, antílopes y demás herbívoros congregándose en las fértiles llanuras de Ndutu para dar a luz a sus crías. Este evento es crucial para la supervivencia de la especie y un testimonio conmovedor del ciclo natural que rige la vida en la región. Pero, atención, porque estas especies no estarán solas. Los depredadores siempre están al acecho. Con lo cual, no te extrañes si en los alrededores percibes algún león, leopardo o hiena, así como multitud de perros salvajes africanos, especie muy extendida en esta zona. En el momento adecuado, guiados por su instinto, estos animales se lanzarán a por esos herbívoros que han ido hasta Ndutu para dar a luz. Tendrás ante tus ojos la lucha natural por la supervivencia.
Un escenario y tiempo que acompaña al momento
Las parideras de Ndutu son solo una parte de la increíble Gran Migración. En su viaje hacia, pastizales frescos y agua, los animales protagonizan un espectáculo visual y auditivo impresionante. El estruendo de los cascos de los ñus, el colorido de las manadas atravesando praderas y ríos, las estelas de polvo en el aire que dejan las estampidas… Muchas películas y documentales han tratado de captar esta bella e icónica estampa africana. Sin embargo, solo el hecho de presenciarla en vivo hace que esta experiencia quede grabada en tu memoria para siempre. Porque, además de todo lo que engloba ese recorrido de las especies hasta lugares como Ndutu, próximos a la zona de conservación de Ngorongoro, la fecha juega también un papel crucial para terminar de engalanar esta vivencia.
En concreto, es a principios de año cuando las vastas llanuras de Ndutu presentan su mejor color para acoger el preciado momento de las parideras. En este período, miles de herbívoros convergen en este rincón ‘secreto’ para dar a luz a sus crías. El motivo no es baladí. Es entonces cuando la hierba de estas praderas es más verde y fresca. El sustento predilecto de todas esas madres que se han desplazado hasta allí para tener a sus crías en las mejores condiciones. Es sobre ese tapiz verde interminable, junto al lago Ndutu, donde pequeños herbívoros temblorosos dan sus primeros pasos y se alimentan, creando un espectáculo inolvidable.
El esplendor de la Gran Migración
Como ya hemos mencionado, las asombrosas parideras de febrero en Ndutu es una parte del espectáculo total que es la Gran Migración. Un fenómeno natural de proporciones épicas que deja a todos los que tienen el privilegio de presenciarlo completamente maravillados. Su recorrido lleva a miles de animales, principalmente ñus, desde la región keniata del Serengueti hasta la zona de conservación de Ngorongoro, en Tanzania. Este viaje anual no tiene parangón en el mundo. Sus momentos culminantes, como la temporada de partos en Ndutu, lo son de extrema belleza y tensión. Así es que, si eres un amante de la naturaleza o de la fotografía, podemos presagiar que solo con leer estas líneas ardes en deseos de presenciar toda esta majestuosidad de la vida salvaje africana, en su forma más auténtica y primitiva.
Como recomendaciones extras, si te aventuras a presenciar la Gran Migración en Tanzania, no debes perder la oportunidad de disfrutar de otras muchas experiencias, además de las parideras de Ndutu, que tiene implícitas este espectáculo migratorio. Una de ellas es sobrevolar en globo aerostático el terreno por el que transcurren los animales y apreciar la magnitud de la Gran Migración desde las alturas. Otra vivencia única es conocer las comunidades locales, con culturas de lo más particulares y muy arraigadas a este desplazamiento anual. O bien puedes vivir la Gran Migración a través del camping, en lugares icónicos como el Serengueti o Ndutu, para apreciar los sonidos de la naturaleza africana de los que hablábamos antes.
En resumen, las parideras de Ndutu en Tanzania son un evento natural impresionante que te sumergirá de lleno en la experiencia de la Gran Migración africana. Vivir ese momento supone adentrarse en un mundo donde el tiempo parece detenerse. Un mundo donde la maravilla y el misterio de la naturaleza se despliegan ante tus ojos. Un verdadero regalo que hace la vida silvestre y que merece ser preservado y admirado. El ciclo de la vida en la sabana, en acción.