Sin duda, todo amante del buen vino debe conocer este extraordinario itinerario por Sudáfrica
Como si de la película “Un paseo por la nubes” se tratase, a sólo un paso de Ciudad del Cabo se encuentran los pueblos de Franshhoek, Stellenbosh, Paarl y Constantia. Ubicados en los campos de Viñedos del Cabo, ofreciendo una amplia variedad de bodegas de reputación internacional.
Los caldos sudafricanos no son un invento actual sino que gozan de una tradición centenaria heredera. En parte, de los hugonotes franceses que llegaron a este rincón del mundo huyendo de las persecuciones religiosas en el Viejo Continente. Con el tiempo, la nostalgia de campesinos europeos se transformó en una industria poderosa y en un irresistible atractivo. Sus bodegas, no solo no tienen nada que envidiar a las de otras regiones del mundo, sino que en ocasiones, las superan en belleza, delicadeza y variedad de oferta.
Todas ellas siguen el mismo patrón: la arquitectura colonial de sabor holandés y reminiscencias francesas que configuran un paisaje delicado. Pequeñas bodegas, las cuales en su mayoría, dispone de su propio restaurante y de pequeños hoteles de formato villa. La geografía del lugar es hermosa e irreal, con campos y formaciones rocosas que dan la sensación de haber sido sacadas de un cuadro impresionista.
Desde Ciudad del Cabo podemos acceder a las cuatro regiones vitivinícolas. En una mañana podemos visitar varias bodegas de la zona de Frankshhoek, a no más de 80km. O bien quedarnos a pernoctar en la zona en hoteles de corte colonial con todas las comodidades.
La aventura comenzaría en unos parajes singulares rodeados de espectaculares montañas cubiertas de viñedos y salpicadas de bodegas. Todos ellos cargados de la historia de los caldos sudafricanos en un entorno de total relajación y desconexión de la gran ciudad.
Comenzaríamos con un desayuno digno de un marajá. Imagínate, en una terraza con vistas a los viñedos y haciendo una exquisita degustación. Ostras aderezadas de varias maneras, acompañadas con un champán diferente cada una, los cuales han sido seleccionados para potenciar su sabor. Más tarde visita a las instalaciones, contemplando ese entorno tan singular y peculiar.
Al medio día, tendrás la carta para seleccionar la comida que más te apetezca, con la recomendación del vino que debe acompañarla. Hacer una cata de vino acompañada de una selección de chocolates o quesos. Intercalados, eso sí, entre cata y cata, para que no se mezclen los sabores de las diferentes cosechas en tu boca. Es una de las experiencias de las que deber disfrutar en esta ruta. Si quieres poner el “broche final” a este momento, siempre aconsejamos pasar la noche en una de estas bodegas.
Cada bodega transmite algo diferente respecto a su historia. Pasear por sus paisajes vinícolas en un solo movimiento de parpados. Teniendo a nuestra merced los cientos de bodegas que se aglutinan entre estos cuatro pueblos cargados de historia y cultura.
Ruta por los viñedos de Sudáfrica Ruta por los viñedos de Sudáfrica
La primera viña plantada fue en 1679 procedente de Europa, la cuna del buen vino. Desde entonces viticultores y amantes del vino han conseguido crear algunos de los mejores vinos del mundo en estas afables tierras.
Por lo que Sudáfrica tiene un merecido puesto, en lo que respecta a la calidad de sus caldos.
Si todo esto te ha despertado el gusanillo de saber más sobre este itinerario, ¡nos encantaría contarte más!
Ya sabes, que te esperamos al otro lado, ¡Hasta la próxima!