Argentina un país de enormes dimensiones
Muy variado y con infinidad de lugares que visitar entre vastos espacios abiertos y paisajes increíbles. Por eso es un lugar ideal para un viaje por carretera. Alquilar un coche allí te permitirá explorar una de las zonas que más tiene para ofrecer y, quizás, sea algo más desconocida. Te hablamos del norte de Argentina, donde podrás escapar de las multitudes al tiempo que visitas áreas remotas que, de otro modo, pasarían desapercibidas.
Y sería una pena que en tu viaje por Argentina te perdieras toda la multiculturalidad y la variedad de pueblos y ciudades que tiene la zona norte. Sus fronteras con Chile, Perú, Bolivia, Paraguay o Brasil bien hacen que sus lugares más al norte adquieran distintas influencias y guarden sus propias esencias, entre valles, acantilados y demás superficies que, cuando las veas, te dejarán asombrado. ¿Quieres saber por qué el norte de Argentina es un lugar tan especial? No te pierdas los lugares que te citamos a continuación.
De salta a Mendoza por la ruta 40
Igual que Estados Unidos tiene su Ruta 66, Argentina tiene la Ruta 40, una gran carretera que recorre la parte occidental del país, desde La Quiaca en los Andes hasta Ushuaia y Tierra del Fuego en el Estrecho de Magallanes. Paisajes andinos, amplias llanuras y corredores de rocas amenizan el trayecto que discurre por el norte del país, siendo una de las principales travesías la que recorre desde Salta hasta Mendoza. Un recorrido fuera de lo turístico que reúne la verdadera esencia del norte argentino.
Salta te dará la bienvenida con su hermosa Plaza 9 de julio, bordeada de naranjos y cafeterías, y engalanada con su preciosa Catedral de tono rosa pastel. No se necesitan demasiados días para admirar esta magnífica ciudad, de la que te cautivarán también sus edificios neoclásicos, los puestecitos del Paseo Balcarce y los legados incas que se conservan en el Museo de Arqueología de Gran Altitud.
Para incorporarte a la Ruta 40 podrás desplazarte hacia el norte, hasta llegar al pequeño y encantador pueblo de Purmamarca, pasando ondulantes llanuras de pastos y cadenas montañosas que se extienden en la lejanía. Es el punto estratégico para disfrutar de las vistas que ofrece el Cerro de los Siete Colores, una ladera policromada que forma parte de la colosal Quebrada de Humahuaca. Aquí el ambiente es más andino, dada la cercanía a Perú y Bolivia.
Ahora sí, llega el momento de girar hacia el sur, tomando ya la Ruta 40. Durante todo el trayecto hasta la ciudad de Cachi contemplarás un paisaje impresionante. Ranchos ganaderos, campos de cactus, salpicaduras rocosas de color rojizo… Todo ello forma parte del panorama de la Cordillera del Nevado de Cachi con las Salinas Grandes en el horizonte, que se ciernen como una línea brillante y blanca a modo de espejismo. Aunque si hay un tramo que te dejará sin aliento será la Cuesta del Obispo, una ruta zigzagueante y empinada que se toma desde el pequeño pueblo de San Antonio de los Cobres hasta Cachi. Sus laderas, montañas y, sobre todo, su extensión te dejarán sin aliento. Y tras un recorrido de lo más aventurero, nada mejor que relajarse y perderse entre las casitas blancas o de adobe y las callejuelas empedradas de Cachi.
La siguiente parada es Cafayate, un remanso de paz repleto de arquitectura colonial, al que se llega entre el verde esmeralda de los viñedos de la zona. Dejamos atrás los tramos de carretera arenosos y rocosos, y pasamos a ver un terreno más vivo, más jovial, donde el vino es el gran protagonista. Disfrutar de las bodegas y viñedos de Cafayate no puede quedar fuera de tu planning, como tampoco contemplar las ruinas precolombinas de Quilmes más al sur, uno de los asentamientos incas más importantes de la zona. Si lo observas con una amplia perspectiva, te parecerá estar en un desierto casi interminable.
Y prosiguiendo más hacia el sur, hasta llegar al pueblo de Villa Unión, te toparás con otro de los entornos característicos de esta Ruta 40 por el norte: la Cuesta de Miranda. Un nuevo tramo de carretera en el que se entrelazan desfiladeros, cerros, rocas y montañas, donde el color rojo es el protagonista. Desde las cimas de las colinas, la perspectiva del camino serpenteante resulta de lo más impresionante. Una zona completamente desprovista de humanidad, en la que te parecerá estar en otro planeta. También, cerca de Villa Unión, encontrarás los Parques Nacionales Talampaya e Ischigualasto, próximos entre sí pero con paisajes sorprendentemente diferentes. El primero se erige alrededor de un inmenso cañón de arenisca roja lleno de formaciones rocosas surrealistas, mientras que en Ischigualasto impera un paisaje lunar de polvo grisáceo, que puede verse casi blanco cuando el sol brilla intensamente.
Con Mendoza como última parada llega el momento de descansar y disfrutar del corazón de la vinicultura argentina. Como un oasis en el desierto, esta cosmopolita ciudad destaca por su buen tiempo y el vino, al igual que por las plazas (como la de la Independencia) y los parques (como el Central) que la dotan de un aire acogedor.
Un recorrido más multicultural
Pero el norte de Argentina abarca muchas más zonas que esa que conecta Salta con Mendoza a través de la Ruta 40. Más concretamente, en el noreste existen otros recorridos que puedes hacer en coche, los cuales te dejarán igual de maravillados y, además, con un sorpresivo toque multicultural que te fascinará.
Una ruta menos extensa y más internacional, al bordear otros países vecinos, es la que tiene como epicentro las Cataratas de Iguazú. Te encontrarás ante uno de los paisajes naturales más impresionantes del mundo, ubicado justo en la frontera entre Argentina y Brasil, por lo que incluso podrás cruzar hasta el país vecino y tener también la perspectiva que ofrece esta maravilla natural desde allí. Un espectáculo de cascadas sinigual, con su particular belleza salvaje y su ambiente atronador, con variedad de senderos, puentes y miradores para deslumbrarte con las vistas.
En dirección norte, pegado todavía a la frontera con Brasil, encontrarás la popular Garganta del Diablo, la más impresionante y majestuosa de todo el Iguazú. Una caída espectacular. Una enorme masa de agua que te conmoverá en un recorrido repleto de emociones. Solo el río, la selva y tú; entre ese estruendo que forma la caída del agua por sus más de 80 metros de altura. Un universo natural que desprende una energía potente y única que te dejará emocionado y sin palabras.
Dejando atrás todas estas maravillas naturales, cerca de Iguazú podrás desplazarte a Posadas, la capital de la provincia de Misiones. Una ciudad de contrastes, llena de vida y con ese toque salvaje que le da su vecina, la selva. Además, el puente San Roque González de Santa Cruz sobre el río Paraná une Posadas con la ciudad paraguaya de Encarnación, lo que le hace tener esos lazos y esa cultura tan próxima a este otro país. Su Jardín botánico Alberto Roth y los parques Teyu-Cuaré y Cañadón Profundidad son excelentes zonas para deleitarte con un relajante paseo mientras observas diferentes escenarios de esta ciudad. También tendrás la oportunidad de desplazarte en coche, bordeando hacia el este la frontera con Paraguay, hasta las ruinas de San Ignacio Miní para contemplar los restos de una misión jesuítica del siglo XVII que evangelizaba a los nativos guaraníes.
Además de Posadas, queda también en esta zona del noreste argentino la ciudad de Resistencia, a la que se llega continuando la frontera paraguaya hacia el oeste. Un auténtico museo de bellas artes al aire libre, donde más de 400 esculturas inundan la imaginación de todos los visitantes. La Plaza 25 de mayo -a modo de jardín botánico-, la Catedral y el Fogón de los Arrieros -un club cultural donde los artistas muestran sus creaciones- terminan de hacer las delicias de esta ciudad con una historia de lo más fascinante.
Como habrás comprobado, el norte de Argentina es grande y muy variado, merecedor de un tiempo prudencial para disfrutarlo con calma y fluir entre sus distintos aspectos culturales. Tal vez muchos lugares de los destacados sean grandes desconocidos para los turistas de a pie, pero es ahí donde residen todos sus encantos, en su distinción y lo novedoso que tienen para mostrarte.
Deja que te llegue el impacto de esa Argentina menos común a lo habitualmente visitable, pero igual de auténtica. Y no dudes en alquilar un coche para desplazarte por la que es la puerta de entrada a una nación fascinante. En definitiva, estás ante un viaje que de verdad merece la pena por una de las zonas más bonitas para recorrer del país.