Un viaje en moto siempre es una de las experiencias que más te conecta contigo mismo. El paisaje, la quietud, el tiempo para pensar, la libertad… si a eso le unimos un entorno precioso, cercano y más o menos desconocido, donde se sigue viviendo sin prisas, donde las tradiciones siguen significando algo, donde cada piedra y cada rincón rezuman historia… sin duda, ¡Estaremos hablando de un viaje con mucho Duende!
La región de Peloponeso griego es un mundo entero para descubrir.La diversidad del paisaje y su rica historia nos da la posibilidad de recorrer varios lugares de interés y al mismo tiempo relajarse.
De la orilla del mar tranquila del golfo corintio a las playas arenosas calientes largas de la costa del oeste, los castillos encantadores, las mansiones y las casitas encontradas en los bosques densos…a las piedras de Mani. Peloponeso encanta a sus visitantes desde su llegada, y perdurará en vosotros mucho más allá de vuestra vuelta a casa.
Argólida, Arcadia, Corintia, Laconia, Mesenia, cinco regiones, cada una con su propia belleza compone el paisaje magnífico de Peloponeso con vistas impresionantes, museos importantes y sitios arqueológicos, playas hermosas y montañas imponentes. Son sin duda regiones pintorescas, con montes bañados por el sol y valles salpicados de casas de piedra y cuevas visitables que esconden sus mejores tesoros, con miles de olivos y naranjos, templos a Zeus, iglesias bizantinas y castillos medievales… un lugar que no te deja indiferente, al otro extremo del mediterráneo y a la vez tan cerca en casi todo.
Al atardecer, un paseo por sus callejuelas hasta llegar a un pequeño puerto pesquero donde disfrutar de otra manera, de aperitivo un Tzatziki y uno de los inolvidables vinos de la región, después la imperdible moussaka o si lo preferís probar sus calabacines y berenjenas al horno y, cómo no, el rico queso feta y para acabar un pulpo o un pescado fresco… una gastronomía inolvidable que también acompaña, y ayuda a poner un perfecto colofón a la jornada.
Para los amantes de las dos ruedas es una delicia: poco tráfico, carreteras panorámicas, curvas, acantilados y bellos atardeceres hacen de este rincón de Europa uno de los mejores para realizar una ruta en moto.
Mitología, historia, paisajes, gastronomía… pocos sitios hay en Europa que reflejen de una manera tan perfecta lo que significa un lugar con mucho Duende.