Si viajas a Japón, no te van a faltar opciones de alojamiento. Allí encontrarás desde hoteles convencionales, hasta cápsulas o los tradicionales ryokan. Aunque seguro que la idea de una estancia en un templo budista japonés te fascinará mucho más.
Y es que el país nipón es un gran experto en este tipo de servicios. El monte Koya es uno de los lugares más populares para experimentarlo. Éste está situado en la prefectura de Wakayama, al sur de Osaka.
El monte Koya es el centro más importante del budismo Shingon en Japón. Entre sus montañas se encuentran esos interesantes e inusuales monasterios que te ofrecen la posibilidad de alojarte en ellos.
¿Quieres saber en qué consiste y cómo se vive esta particular experiencia? Prepárate para transportarte a una vivencia que raramente podrás descubrir en otros lugares del mundo. ¡Te lo contamos todo a continuación!
¿Cómo será tu experiencia? ¿Qué vas a vivir en el monasterio?
Antes que nada, para familiarizarte y adentrarte aún más en la cultura japonesa, debes saber que esa experiencia que te mostramos se llama ‘Shukubo’.
¿Qué significa? Pues, literalmente, “dormir con los monjes”. Pero tu vivencia va a ser mucho más que eso. Ya que te vas a unir a la rutina diaria del monasterio.
Koya es el lugar más ideal para ello porque cuenta con más de 50 templos que brindan este peculiar y relajante servicio, con el que seguro descansarás tranquilamente en una zona que desprende un aura profundamente espiritual.
Para acentuar las sensaciones, debes saber que estos monasterios budistas cuentan con más de mil años a sus espaldas. En ellos residen permanentemente monjes, cuya única ocupación es dedicarse a sus oficios religiosos.
Experimenta en primera persona una rutina cargada de paz y espiritualidad
Por supuesto, a la hora de buscar tu templo ideal, no deberás preocuparte de nada. En Planes con Duende estamos a tu disposición para ofrecerte tu alojamiento más adecuado en uno de estos increíbles y hermosos monasterios del área del Monte Koya.
Además, para que te sientas uno más durante tu estancia, una vez hecha la reserva, recibirás una guía con lo que se debe y no se debe hacer al hospedarse en un templo japonés.
Es más, cuando llegues, rápidamente te darás cuenta de su nivel de autenticidad. La arquitectura es perfecta. El ambiente, todavía más especial. Te encontrarás en un auténtico templo japonés en funcionamiento con monjes y servicios religiosos regulares.
Y, claro está, su interior va en consonancia con la tradición y la cultura niponas. Nada más entrar, las recepciones cuentan con cojines sobre los que tendrás que arrodillarte durante el registro.
¿Y las habitaciones? Auténticas maravillas al más puro estilo de Japón. Suelos de ‘tatami’, futones que se guardan durante el día y se sacan por la noche, ‘fusuma’ que separan unos cuartos de otros, calentadores de gas, baños y lavabos compartidos…
Incluso puede tocarte una habitación que dé a un sereno jardín. Todo engalanado por un ambiente de lo más relajante, donde no tendrás el ruido de los televisores y, en ocasiones, ni siquiera Wi-Fi.
También encontrarás ese aura tradicional nipón en la comida. Al estar en un templo budista, comerás como un monje. Es decir, una alimentación basada en una diversidad de platos veganos (shojin ryori), de acuerdo con las creencias de esta religión.
Así pues, podrás comer alimentos locales frescos y, por supuesto, deliciosos sin echar en falta la carne. Konnyaku (gelatina de la planta ‘lengua del diablo’), Yuba (piel de tofu) y Koyadofu (tofu liofilizado) son algunas de sus especialidades.
Y para que tu experiencia en el templo sea aún más completa y te adentres de lleno en esa rutina monacal, también podrás formar parte de la oración matutina diaria que se suele realizar en cada monasterio de Koya.
Esta empieza alrededor de las 06.00 horas y, aunque el madrugón pueda sorprender, te aseguramos que la vivencia merecerá mucho la pena. No serán más de 30-45 minutos de ceremonia en la que todos los asistentes, de rodillas, se alinean en el área de oración.
Un lugar, precisamente, con una hermosa decoración, donde cada mañana estos monjes budistas cantan y permiten a sus invitados caer en una especie de trance místico.
No importa que no entiendas lo que dicen, tampoco tus creencias religiosas o la falta de ellas. El ritmo del canto coral te envolverá y te hará experimentar una sensación única, relajante y pacífica.
Un enclave antiguo y sagrado con muchos planes que ofrecerte
Aparte de pasar una noche apacible y experimentar todo lo que supone alojarse en un templo budista, también podrás disfrutar del encanto de la zona.
Como decíamos antes, Koya es el nombre del monte y del pueblo, aunque en ocasiones podrás encontrarlo escrito con el sufijo “-san”, un término japonés que otorga mayor honorabilidad a una palabra.
Pasar más de un día allí es casi innegociable, pues necesitarás un mayor tiempo para desplazarte y absorber cómodamente toda la cultura que esta zona alberga.
La fundación de Koya data del año 800 y, actualmente, tanto el monte como el pueblo son considerados lugares sagrados por los seguidores del budismo Shingon.
Esto se debe a que allí impulsó su doctrina Kobo Daishi, quien construyó en la cima de la montaña la sede de la comunidad, desarrollando a su alrededor una pequeña y apartada ciudad-templo. Este complejo fue creciendo con el paso de los años y, hoy en día, cuenta con más de 120 monasterios.
También reposan allí los restos de Kobo Daishi, en un céntrico mausoleo del cementerio local de Okunoin. No podrás perderte la experiencia de recorrer este lugar por la noche. Un recorrido en el que los propios monjes te pueden hacer de guía. Contemplar sus miles de lápidas rodeadas por enormes cedros es verdaderamente un espectáculo único.
A esa atmósfera de misterio y potencial místico contribuyen esa multitud de templos, siendo uno de los más importantes el de Kongobu-ji. Éste es el epicentro administrativo del budismo Shingon en Japón. En su interior encontrarás puertas corredizas doradas exquisitamente pintadas; adornadas con grullas, flores de ciruelo, la historia del viaje de Kobo Daishi a China y la posterior fundación de Koya.
Otro enclave principal es el complejo monástico Danjo Garan. Entre sus estructuras destacan la impresionante pagoda Konpon Daito y el Kondo Hall, donde regularmente se realizan importantes ceremonias.
Cerca de allí se encuentra el Santuario Zennyo Ryuo, en el llamado Estanque del Loto, otro sitio sagrado con aguas tranquilas y santuarios budistas.
Asimismo, existe también la posibilidad de hacer senderismo alrededor del monte Koya. Algunas de las rutas más impresionantes son la de Kohechi, una hermosa y empinada caminata a través de las montañas, y la del sendero Choishi-Michi, de mayor complejidad y con más abundancia de peregrinos que se dirigen hacia Koya.
En definitiva, alojarte en un templo budista japonés es una actividad indispensable en tu viaje por este país; más aún en un enclave tan idílico como el Monte Koya, para una inmersión más profunda en la fascinante cultura japonesa.
Pero no basta con conocer todo lo que te espera. Es necesario vivirlo. Experimentar una de esas sensaciones únicas que hacen que un viaje merezca de verdad la pena, sobre todo en un país tan impresionante en lo tradicional como Japón.
El choque cultural podría suponer incluso un esfuerzo, pero éste se disipa en cuanto te embriague ese sentimiento tan especial que contiene el aura del Monte Koya. Un lugar sagrado, engalanado por obras maravillosas y con auténticos monasterios que te servirán de estancia.
Un área, sin duda, especial. En el que todo se complementa y se funde en una misma energía. No te quedes sin experimentar una vivencia que marcará tu vida para siempre. ¿Nos dejas acercarte a ella? Contacta ya con nosotros y démosle forma.