Cómo puedes viajar a tu aire, acompañado de nuestra guía de viaje en Seychelles
Cuando uno aterriza en Seychelles lo hace con unas ganas increíbles por conocer y recorrer los lugares más encantadores y auténticos que sus islas albergan. Sale la vena más aventurera y exploradora, sin querer privarse de las paradisiacas playas que invitan al relax. Si has leído todo el serial de post sobre este archipiélago, probablemente seas ya un experto en la materia y puedas tener claro los sitios que visitar. Disfrutar de las maravillas naturales y marinas de las Seychelles, conocer el interior natural y la cultura de Praslin o descubrir las montañas y playas de La Digue son experiencias que no puedes perderte y que te ofrecemos desde Planes con Duende, teniéndonos siempre a tu disposición para resolver cualquier tipo de duda que te surja.
Pero las islas Seychelles tiene mucho más. Que no te engañen el pequeño tamaño de sus islas. Todas ellas poseen sorpresas que seguro no querrás perderte y, para descubrirlas más allá de los planes que nuestra agencia pueda ofrecerte, no hay nada mejor que moverte a tu aire, en coche o bicicleta, y recorrerlas por libre, lo que te permitirá tener otra experiencia y disfrutar de ella.
Playas perdidas y el icónico ron de Mahé
Sin duda, la isla que más se presta a un recorrido en coche es la capital Mahé, al ser la más grande y la más desarrollada de todo el archipiélago seychelense. No hay mejor manera de aventurarse en ella que conducir por ella, teniendo plena flexibilidad para visitar todas sus playas, senderos y tiendas locales.
Mahé cuenta con una carretera de circunvalación principal, la Coast Road, que rodea la isla, bastante fácil de recorrer. Si te diriges hacia el sur de la isla tendrás acceso a dos playas que, normalmente pasan desapercibidas por su lejanía con la ciudad de Victoria, pero que merecen la pena visitar. Una de ellas es ‘Petite Police’, con antiguas formaciones de coral que rodean la playa y conforman un paraje único, muy distinto del resto de playas que predomina en Seychelles. La otra opción es la playa de ‘Anse Petite Boileau’, compuesta de arenas blancas, aguas turquesas y una gran variedad de palmeras que la bordean. Casi nadie conoce este paraje, lo que te dará la oportunidad de estar completamente solo en esta playa.
Si continúas por la Coast Road por el este, en dirección a Victoria, tendrás la oportunidad de toparte a mitad de camino con La Plaine St. André, donde se encuentra la destilería de ron por excelencia de Seycheles, ‘Takamaka Rum Distillery’. Desde finales del siglo XVIII, esta destilería se ha erigido como patrimonio icónico seycheliano, dando la opción a visitantes de conocer su museo, jardín medicinal, ruinas históricas y conocer a sus dos ‘gerentes’ que dan nombre al negocio, las tortugas gigantes ‘Taka’ y ‘Maka’.
Praslin
La segunda isla más grande de las Seychelles es Praslin, un paraíso acariciado por las aguas turquesas del Océano Índico al que ya dedicamos anteriormente una publicación. Con sus 38,5 kilómetros cuadrados, esta isla cuenta también con una carretera de circunvalación que la rodea, siendo incluso más llevadera que la Coast Road de Mahé. Sin embargo, uno de los encantos de Praslin es su otra carretera interior, la cual cruza el Valle de Mai, y que cuenta con un recorrido bien definido para disfrutar de todos los encantos naturales que, como ya avanzamos, ostenta esta isla.
Con el coche podrás aprovechar más el tiempo que haciendo una ruta senderista, de forma que no te perderás nada del interior de Praslin. Tendrás fácilmente a tu alcance el Parque Nacional, refugio para platas y aves raras, autóctonas y endémicas; y, más al sur, el Fond Ferdinand y Black Parrot Sanctuary, un espacio de conservación y protección para el loro negro, una especie que ha visto cada vez más reducida su población a manos del ser humano por comerse cultivos como el mango o la papaya. Allí podrás observar esta singular especie local de las islas del Pacífico, al tiempo que disfrutas de un paisaje colmado de bosques, matorrales y jardines.
Asimismo, en el centro de este particular triángulo que conforman el Parque Nacional de Praslin, el Fond Ferdinand y el Black Parrot Sanctuary se encuentra el Monte Azore, el punto más alto del Valle de Mai con 373 metros, desde donde se puede contemplar una panorámica del azul del océano emparejado con el verde que predomina en la selva tropical en la que se encuentra.
La Digue
Al oeste de Praslin se encuentra La Digue, una isla mucho menor en tamaño, con una superficie de 10 kilómetros cuadrados. En esta ocasión, no es que frecuenten mucho los coches por esta zona. De hecho, se dice que existen tan solo seis taxis que prestan servicio a toda la isla, que no cuenta con una carretera de circunvolución que la rodea, como en Praslin y Mahé. Por ello, como ya destacamos en un post anterior, la opción de explorar y recorrer La Digue en bicicleta es inigualable y la mejor que se puede tomar.
Ya destacamos el circuito en bici que lleva desde la Iglesia de Notre Dame de L’Assomption, al oeste de la isla, hasta la playa de Grand Anse, al sureste, recorriendo todo el interior insular, y otro más complejo que lleva desde la playa de Anse Source d’Argent hasta la de Banana Cove, bordeando la isla desde el suroeste hasta el noreste. Sin embargo, en esta ocasión, para disfrutar de tu tiempo libre, te recomendamos que centres tus pedaleos en el noroeste de La Digue, donde la población de la isla (alrededor de 2.000 personas) queda concentrada en las aldeas de La Passe, La Réunion y L’Union.
En La Passe encontrarás los mejores sitios para comer unos buenos fish & chips, ideales para recuperar energías para el resto del día. En La Réunion todo gira en torno al parque Veuve, una pequeña reserva natural que supone el último refugio del pájaro ‘flycatcher’, una especie rara y endémica que llama la atención por su tono azul profundo. Mientras que en L’Union encontraras un sendero de ensueño, atractivo, en calma y rodeado de vegetación, por el que pasear en bicicleta; un recorrido entrañable que es amenizado por el discurrir del río La Mare Soupape.
Será difícil que te encuentres con un viaje tan sorprendente y con tanta diversidad, en el que recorrer carreteras y senderos con total calma mientras disfrutas de la belleza paisajística de Seychelles. Viajar por libre por Mahé, Praslin y La Digue es precisamente eso, no tener horarios, perder la noción del tiempo, y saber que en cada parada de espera algo completamente distinto a la anterior. Ya sea en coche, en bicicleta o a pie, las rutas de las Seychelles te atraparán y nunca dejarán de sorprenderte.
¿Qué te parece? Si quieres saber más, puedes hablar con nuestro especialista en Seychelles