Viajar a Japón nos atrae.
A cada uno nos llamará la atención por diferentes razones: la percepción del aroma a tradición y cultura milenaria, sus efímeras construcciones en madera resultantes del ejercicio de un oficio artesanal de carpintería de manera magistral llamado Tsugite, el refinamiento culinario que recibe aquí la gastronomía asiática, también por la modernidad de sus ciudades, o simplemente por la curiosidad que despierta visualizar como el mundo de la imaginación manga y anime cobra vida en sus calles.Tanto en lo que se nota a simple vista como en lo que no, hay un hilo conductor latente, la búsqueda continua de la perfección y la armonía. Filosofía de vida que lo impregna todo.
Hoy hacemos referencia al Ikigai como parte de esa filosofía de vida en que se sustenta un pueblo respetuoso, orgulloso, longevo y paciente. Sin querer extendernos demasiado (os animamos a buscar algo más por internet si os interesa el término), podríamos resumir este concepto como la importancia de tener algo que dé sentido a nuestra vida… ¡Casi ná! El Ikigai es una mezcla entre lo que amas, en lo que eres bueno, algo con lo que te puedes ganar la vida y aquello que el mundo necesita de ti. Sentir y desarrollar pasión por algo es un motor de vida.
Lo descubriremos en pequeños gestos como la sonrisa, que es una de las leyes del Ikigai que más ejercitan los japoneses, así como también el reconectar con la naturaleza, vivir el momento, y dar las gracias diariamente. El resultado, sin duda, merecerá la pena. Japón tiene mucho Duende y descubrirlo juntos también.
En el post sobre nuestra guía de viaje ya os comentamos cómo puede ayudaros este inseparable compañero de viaje a conseguir descubrirlo.
Percibir e interiorizar un país en 15 o 20 días que con suerte tendremos para nuestro viaje y donde además nuestra barrera idiomática es tan infranqueable parece una tarea complicada, aunque no imposible. Que descubráis todos los matices es nuestro reto, nuestra razón de ser, nuestra filosofía, que os animamos a descubrir en este otro post.
Para terminar, siguiendo los preceptos del Ikigai vive el presente, porque este preciso instante en que estás leyendo este artículo… este momento nunca volverá. Disfrútalo y empieza también a soñar con tu ¡Proyecto de viaje a Japón!