Por lo general, puede que se te vengan dos imágenes a la mente al pensar en un viaje por Grecia. Una de ellas, como no puede ser de otra forma, es la de las ruinas de la época clásica; mientras que la otra imagen es la de sus encantadoras islas con playas de ensueño. Pero debes saber que Grecia cuenta con mucho más que eso. Porque como suele decirse ‘la belleza está en el interior’. Y aunque este país la tenga a rebosar, la península cuenta con infinidad de joyas que seguro te atraparán.
Porque la Grecia interior posee una gran cantidad de sitios que merecen ser también conocidos. Encantadores pueblos, increíbles formaciones rocosas, espléndidos senderos y, por supuesto, antiguas ruinas pasan a menudo desapercibidos por los viajeros que se lanzan a conocer Grecia. Por ello te animamos a explorar el interior de este encantador país a tu propio ritmo, para que conozcas todo el Duende de la península griega, adaptando tus rutas en función de los días que dispongas y tus necesidades. Porque no hay nada como viajar por libre en un país donde esa sensación de libertad es todavía más auténtica.
Atenas, un clásico
La capital griega es sin duda una magnífica mezcla de esencias. El misticismo y la mitología de la época clásica se funden con la modernidad de hoy en día para hacer de Atenas un símbolo de pureza repleto de encanto.
No te desvelamos ningún secreto si te decimos que la colina más espléndida de la ciudad y de la Grecia Clásica no es otra que la Acrópolis. Un símbolo del hoy y del ayer que reúne el Partenón, los Propileos, el Erecteion y su portada de las Cariátides, el templo de Atenea Niké, el santuario de Zeus Pileo, el de Pandión, el Asklepion y el teatro de Dionisos, componiendo todos ellos este valiosísimo lugar que impresiona a cada uno de sus visitantes.
Aunque debes tener en cuenta que Atenas es mucho más que su Acrópolis. Sus ambientadas y coloridas calles y plazas merecerán toda tu atención, al igual que sus pintorescos barrios, donde reside la pureza de la capital griega. Uno de los más bellos es el de Plaka, en pleno corazón de Atenas. Resalta también el de Monastiraki, cuya singular plaza conecta con el Mercado Central y con el mercadillo al aire libre. Para dar un paseo entre edificios neoclásicos, nada mejor que andar desde la plaza Omonia hasta la de Syntagma por la calle Panepistimiou. Mientras que si quieres disfrutar de unas vistas privilegiadas de Atenas, lo ideal es subir a la colina de Likavitos en el centro de la ciudad, desde donde obtendrás unas vistas maravillosas de la ciudad y la Acrópolis.
En definitiva, Atenas, con su Acrópolis y ruinas, y la pureza que se respira en sus calles será una de tus visitas imprescindibles por el interior de Grecia.
Peloponeso, epicentro cultural
Hablar de la región del Peloponeso es hablar de una riqueza cultural que ha sabido mantenerse desde hace siglos. Yacimientos arqueológicos y ciudades singulares copan el protagonismo en esta zona de Grecia, tan importante en la Antigüedad como en la actualidad. Porque el Peloponeso es la puerta a la Grecia más auténtica, alejado de la presión turística y tan impresionante que, por descontado, te cautivará.
Llegar hasta allí ya es una maravilla. Pasar por el Canal de Corinto desde la zona de Ática te dejará una estampa para el recuerdo de tu paso entre el hilo de agua que conecta el mar Egeo y el Jónico. La propia ciudad de Corinto es la encargada de darte la bienvenida al Peloponeso, siendo esta una zona de gran riqueza histórica (con su castillo de Acrocorintos y el yacimiento arqueológico de la Antigua Corinto) y agrícola (por sus producciones de aceites, vinos y pasas). Además, de todo ello, es también un lugar privilegiado para tomar un buen baño al aire libre, ya sea en alguna de sus hermosas playas o en lagos como el de Vouliagmeni.
Encontrarás también en esta región el Teatro de Epidauro, considerado el más grande de los teatros antiguos y el mejor conservado, construido en una ladera entre pinos. De allí destaca también el Asklepieion, el más famoso de antaño por las numerosas curaciones que allí se realizaron. No muy lejos de allí se encuentran las ruinas de Micenas, con su imponente Puerta del León, la Tumba de Agamenón y estructuras ciclópeas. Una experiencia mítica que no te podrás perder en un emplazamiento encantador y tranquilo que inspiró al mismísimo Homero.
No podrás tampoco olvidar en esta ruta por el Peloponeso la ciudad de Nauplia, un lugar para el descanso y la desconexión con preciosas calles y casas de estilo veneciano. Pasear por sus barrios y el puerto a cualquier hora es toda una delicia, como lo es también la gastronomía que podrás degustar en cualquier restaurante de la zona.
La historia de Grecia Occidental y los pequeños encantos de Grecia Central
Al oeste del Peloponeso está la zona de Grecia Occidental, la cual cuenta con dos puntos históricos clave, de gran importancia en el pasado y que han podido conservar parte de su esencia hasta nuestros días, para que viajeros como tú puedan disfrutarla.
Uno de estos lugares es la cuna de los Juegos Olímpicos: Olimpia. Su complejo arqueológico reúne el Bouleuterion, el Gimnasio, los baños, el estadio y el museo arqueológico de los Juegos Olímpicos. En cuanto presencies este lugar te embriagará el espíritu olímpico de los antiguos atletas y sentirás la necesidad de marcarte una carrera como lo hacían siglos atrás en ese mismo sitio.
Otra ciudad clave que podrás visitar en Grecia Occidental es Naupacto (o Lepanto), un precioso enclave marinero en el que tuvo lugar la batalla que le costó a Miguel de Cervantes perder la movilidad de su mano izquierda. Su pequeño puerto amurallado te cautivará, al igual que el castillo al que podrás llegar callejeando por la ciudad y desde el que presenciarás unas impresionantes vistas del mar Jónico. Y ante el cansancio que puede suponer recorrer sus numerosas y encantadoras callejuelas, nada como tomarte un tiempo de relax en la playa Xiliadou con sus aguas cristalinas.
Por su parte, Grecia Central reúne varios pequeños encantos que no podrás perderte. Lugares apasionantes y singulares donde pasar al menos un breve espacio de tiempo y despertarán tu asombro y tu curiosidad por continuar conociendo todas sus maravillas. Una de las más destacadas es Delfos, encaramado sobre la ladera del monte Parnaso, un lugar sagrado que incorpora en el Santuario de Apolo el oráculo más famoso de la antigua Grecia. El que fuera centro cultural y religioso del mundo helénico cuenta también en su yacimiento con la Fuente de Castalia, el Santuario de Atenea Pronaia y el gimnasio porticado.
Pero, además, en esta Grecia Central podrás descubrir otros pueblos de gran belleza como Galaxidi o Itea, no muy lejos de Delfos. El primero cuenta con un modesto, pero encantador, puerto pesquero, edificios neoclásicos y pequeños restaurantes junto al mar en los que podrás degustar platos tradicionales a base de pescados y mariscos frescos. Galaxidi te ofrece el confort y la serenidad de un pueblo de postal, en las que solo las montañas del Peloponeso y la Iglesia de Agios Nikolaos se erigen en lo alto de sus pequeñas y pintorescas calles. Por su parte, Itea te ofrece la posibilidad de disfrutar de un relajante baño en alguna de sus playas de arena fina a orillas del mar Jónico. Una estampa de la costa griega donde desconectar y olvidarte de las preocupaciones rodeado de viñedos de uva blanca.
La especial e inusual Meteora
Una buena forma de poner el broche a la ruta por la Grecia interior es desplazarte hasta la región de Tesalia para admirar el especial e inusual accidente geográfico tan llamativo de Meteora. El significado de su nombre ya lo anuncia: ‘rocas suspendidas en el aire’. Sus monasterios sobre acantilados de arenisca (construidos bajo el mar hace 30 millones de años) hacen de Meteora un destino singular e incomparable a nivel mundial, combinando espiritualidad y belleza natural. Una increíble experiencia que te dejará boquiabierto.
Finalizada tu ruta por la Grecia interior posiblemente te cueste despedirte de un país que tanto te habrá sorprendido a lo largo de sus caminos peninsulares. Porque no serán pocos los tesoros escondidos en esta parte del territorio heleno que te atraparán y harán que en ti surjan sensaciones hasta entonces desconocidas. Dale una oportunidad a lo menos frecuente. En muchos casos, lo menos habitual es lo más sorprendente. Tienes a tu alcance un nuevo descubrimiento capaz de cambiar tu percepción de los viajes y de todas las cosas.