Uganda es un enclave especial para todos los viajeros que se aventuran a conocer África. Es la perla del continente, como se suele decir. Un crisol de biodiversidad, con parajes inexplorados que revelan la esencia misma de la naturaleza salvaje. Además, pese a no ser un país de grandes dimensiones, alberga multitud de zonas de auténtico encanto. Lugares únicos en el mundo en los que poder disfrutar de la sabana ugandesa y de una fauna que siempre emociona a la vista. Ya abordamos las maravillas del Bosque Impenetrable Bwindi, hogar y refugio de los majestuosos gorilas de montaña. Y en esta ocasión, te mostramos otras dos joyas imprescindibles de ese país como son Murchison Falls y Queen Elizabeth, dos parques nacionales que te cautivarán nada más poner un pie en sus territorios.
La poderosa naturaleza de Murchison Falls
Murchison Falls se erige como el corazón palpitante de la belleza natural de Uganda. Este parque nacional, situado en la parte noroeste del país, debe su nombre al geólogo inglés-escocés Roderick Murchison, así como al conjunto de cataratas que se forman al desembocar las aguas del Nilo Victoria en el Lago Albert. Este fenómeno crea una de las estampas más características del lugar, la cual no podrás dejar de contemplar si te encuentras allí. Presenciarás un desfiladero angosto que obliga al río a pasar por un espacio estrecho, creando un espectáculo impresionante. Unas cataratas que rugen con fuerza, lanzando columnas de agua hacia abajo en un estruendoso descenso. Un recordatorio imponente del poder de la naturaleza.
Asimismo, este parque nacional es hogar de una rica variedad de fauna y flora. Elefantes, mandriles, cocodrilos, antílopes, hienas… Sin olvidar a las esquivas jirafas de Rothschild, que están en peligro de extinción. Toda esta asombrosa diversidad biológica de Murchison Falls la podrás disfrutar por medio de safaris en jeep o en barco, desde donde tendrás la oportunidad de acercarte a esto animales en su hábitat natural. Eso sí, sus rutas por los senderos alrededor de las cataratas guardan una magia especial, ya que te permitirán conectar de forma más íntima con la naturaleza ugandesas, rodeado de una exuberante vegetación.
La elegancia natural de Queen Elizabeth
En la región occidental de Uganda tenemos Queen Elizabeth, un auténtico tesoro de la biodiversidad africana. Este parque nacional -llamado anteriormente Kazinga, pero cuyo nombre cambió en 1954 para conmemorar una visita de la reina Isabel II- es un testimonio de la inmensa diversidad de vida salvaje que coexiste en armonía. Hipopótamos, cebras, rinocerontes, búfalos y leopardos tienen en este enclave su hogar, donde residen también los llamativos leones trepadores, que se suben a las ramas de los árboles para descansar y refugiarse de las altas temperaturas.
Pero Queen Elizabeth no es solo un paraíso para los amantes de la fauna; también es un espectáculo para los amantes de los paisajes. Los cráteres, testigos del tumultuoso pasado geológico de la región, añaden un toque de drama a tu visita. No importa hacia donde dirijas la vista. Cada rincón de este terreno es una oportunidad para admirar la esencia única de este parque. Y, por supuesto, aquí también tendrás la oportunidad de admirar esta magnífica naturaleza a por medio de safaris. Tendrás incluso la opción de realizar un recorrido nocturno para avistar a los depredadores.
Las joyas acuáticas de Uganda
El agua tiene guarda una importancia especial en este país, ya que sus reducidas dimensiones no son pocos los lagos que alberga. Es más, tres de los más icónicos forman parte de las dos joyas naturales que acabamos de mostrarte, los parques nacionales de Murchison Falls y Queen Elizabeth. Con lo cual, su presencia resulta otro atractivo a tener en cuenta durante tus recorridos por la naturaleza de Uganda, pues además de servir de hábitat para multitud de especies, engalanan un fantástico paisaje que quedará grabado por siempre en tu memoria.
En concreto, hablamos de los lagos Albert -en Murchison Falls-, Édouard y George -en Queen Elizabeth-. Tres puntos de interés en tu visita por Uganda que añaden un toque de serenidad a la vibrante paleta de colores que ya de por sí tienen estos parques nacionales. Cada uno tiene su propia personalidad, desde la inmensidad del lago Albert hasta la tranquilidad del lago Édouard y la vastedad del lago George. Navegar por sus aguas es sumergirse en la paz que solo la naturaleza inexplorada puede brindar. Una experiencia que viene acompañada por la observación de cocodrilos que se deslizan silenciosamente y de vibrantes flamencos que pintan de rosa las orillas. Asimismo, los pueblos ribereños ofrecen una visión única de la vida cotidiana, donde las comunidades locales coexisten en armonía con las aguas de estos tres lagos que les brindan vida.
En conclusión, Uganda se revela como un destino en el que la naturaleza salvaje cobra vida en cada rincón. Murchison Falls y Queen Elizabeth ofrecen un dúo inigualable de experiencias, desde la majestuosidad de las cataratas hasta la elegancia de la vida salvaje. Los lagos Albert, Édouard y George añaden, además, una dimensión tranquila a este viaje, invitándote a sumergirte en la serenidad de sus aguas. Así, Uganda se erige como un testimonio de diversidad y la belleza. En cada una de las zonas mencionadas, Uganda espera ser descubierta y crear recuerdos imborrables en ti. En definitiva, un recorrido por los parques nacionales de Murchison Falls y Queen Elizabeth es mucho más que una travesía; es una conexión profunda con la naturaleza ugandesa y, en general, africana.