De Pérgamo a Bérgama, una ciudad única, bella y de interés histórico
En el mundo hay infinidad de lugares con un esplendoroso pasado, cuya importancia fue notoria siglos y siglos atrás. Uno de ellos fue la antigua ciudad de Pérgamo (actual Bérgama), otrora capital de la provincia romana de Asia Menor (actual Turquía). A 30 kilómetros del mar Egeo, frente a la isla de Lesbos, es donde se encuentra este mítico lugar. Y utilizamos este adjetivo para describirlo porque, en él, la historia y lo divino guarda por encima de todo un valor especial. Posiblemente nunca hayas escuchado hablar de este lugar, a no ser que te apasione la época clásica. Descuida, porque hoy en Planes con Duende vamos a mostrarte todos los encantos de la antigua Pérgamo, la ciudad que quiso competir con Atenas y su siglo de oro.
Una breve e interesante clase de historia
Lo primero de todo será contextualizar todo lo relativo a Pérgamo, uno de los asentamientos más importantes de la historia de la civilización. Para ello, nos remontamos al siglo III a. C., cuando la ciudad comenzaba a lucir su mayor esplendor y a situarse en una de las urbes más poderosas.
La muerte de Alejandro Magno en el año 323 a. C trajo consigo la fragmentación del imperio y, desde entonces, Pérgamo comenzaría a ganar peso entre potencias como Alejandría o Antioquía. Filetero quedó al frente de la ciudad, el primero de la dinastía atálida, asumiendo el legado de una urbe que ya disfrutaba de una envidiable situación geográfica y comercial, una rica industria de manufacturas de pergamino y unas infraestructuras plácidas para que los artistas griegos desplegaran su nueva visión del arte. Pero no bastaba con todo ello. Pérgamo quería competir con Atenas. Palabras mayores.
Por eso, Filetero se propuso dar su sitio en la historia a Pérgamo levantando una acrópolis en el valle del río Selinus, dando como resultado una polis de tres niveles conformada por espléndidas joyas arquitectónicas. Una de las más importantes fue su biblioteca, la segunda más grande e importante del mundo antiguo, solo superada por la de Alejandría.
Al reinado de Felitero le siguió el de Eumenes II, quien también hizo magníficas aportaciones a Pérgamo, como el impresionante altar de Zeus, una de las obras helenísticas más importantes de aquel tiempo. Sin embargo, la decadencia de esta prometedora potencia comenzaría con el legado de la ciudad al Imperio Romano por parte del rey Atalo III, quien la dejó en herencia a los romanos. Reorganizado el mapa del imperio, el antiguo reino de Pérgamo quedó integrado en Asia Menor, llegando a su degradación en el 40 a. C, cuando Marco Antonio llevó como regalo de bodas a Cleopatra todos los volúmenes de la afamada biblioteca, provocando el desprecio de sus habitantes, quienes lo vieron como un ultraje.
Las joyas de la antigua Pérgamo
Tras aquellos años de oro, el legado que ha dejado la antigua urbe de Pérgamo a nuestros días es de una riqueza histórica y cultural incalculable. Sobre la actual Bérgama, en esa misma colina que tiempo atrás sirvió como protección para los habitantes de Pérgamo, podrás disfrutar de una pequeña parte de la grandiosidad que ostentó y que ha hecho a este lugar ser declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO desde junio de 2014.
En definitiva, podrás contemplar y disfrutar de los restos de la imponente Acrópolis de Pérgamo. Accede a ella a través del Propylon (los cimientos que aún quedan), que eran las monumentales puertas que daban acceso al recinto. Una vez dentro podrás ver los restos del Templo de Atenea que hizo levantar Eumenes II, junto con la famosa Biblioteca de Pérgamo, aunque queda bien poco de aquel emblemático lugar del que Marco Antonio provocó su declive.
En el interior de la Acrópolis podrás observar también algunos vestigios de viviendas, barracones militares y restos de los palacios de Eumenes II y Atalo II, junto al templo de Trajano, de época romana.
Al llegar al Agora quedarás fascinado ante los restos del Altar de Zeus, pudiéndote hacer una idea del espectáculo que supuso aquella construcción que simbolizaba la victoria de Pérgamo sobre los gálatas. Eso sí, para contemplar la grandiosidad del original deberás viajar a Alemania, pues se encuentra en el Museo de Pérgamo de Berlín. No muy lejos, te toparás con otra de las exquisiteces de esta Acrópolis: el Teatro. Construido en el siglo III a. C. con capacidad para diez mil espectadores, siendo uno de los más empinados del mundo y reformado por Carcalla, quien también reconstruyó el Templo de Dionysos en mármol, del que quedan algunos vestigios.
Pasear por las ruinas de la antigua Pérgamo te harán considerar la grandiosidad que ostentó esta mítica ciudad y la suerte de poder conservar algunos restos de aquel tiempo. Otro de ellos es el Asklepion, unido a la Acrópolis por la Vía Sacra; un centro médico en honor al dio Asclepios en el que Galeno desarrolló su labor sanitaria con emperadores de la talla de Adriano, Marco Aurelio o Caracalla. Y, por supuesto, para observar en perfecto estado de conservación todos los objetos hallados durante las excavaciones en Pérgamo, nada mejor que una visita al Museo Arqueológico.
Los encantos de la actual Bérgama
Aparte de todas estas riquezas históricas de la antigua Pérgamo, merece también la pena descubrir lo especial que es la actual ciudad de Bérgama. Igual pocos la conocen, pero la sensación que te transmitirá al pasear por sus calles y conocer su cultura será la de querer permanecer más tiempo allí. Porque además de todas esas impresionantes ruinas de antaño, Bérgama se erige como una pequeña y encantadora ciudad que bien merece toda nuestra atención.
Pasear por las estrechas calles de la ciudad, con su asfalto empedrado y rodeado por casas de colores con el valle de la acrópolis de fondo es una de las mejores experiencias que podrás llevarte. Además, estas viviendas te causarán gran impacto, pues en los barrios de Bérgama encontrarás una bella mezcla entre hogares tradicionales turcos y casas de piedra de estilo griego. Y es que estas viviendas forman parte de la historia de Bérgama con sus características fachadas, puertas, ventanas, aleros, chimeneas y balcones, registrados la mayoría de ellos como bienes culturales.
Siguiendo el recorrido por sus calles, tanto la plaza principal como la calle central de Bérgama están rodeadas tradicionales restaurantes turcos, fachadas y automóviles antiguos, mercados ruidosos y un ambiente de los más agradable. Tómate tu tiempo. Disfrútalo. Siéntate en un banco para contemplar la auténtica vida provincial turca e inmortalízala con algunas fotografías. Además de estas, otros recuerdos que podrás llevarte de tu visita a Bérgama los encontrarás en su fantástico bazar otomano Arasta, el cual comenzó a tomar forma en los siglos XIV Y XV. Artesanía centenaria, zapatos tradicionales, cereales locales y las famosas alfombras turcas tienen cabida en este recinto, donde también podrás tomar un descanso mientras bebes un té, un café o un zumo de mora negra. Y es que la tierra de Bérgama es increíblemente fértil, por lo que todos son cultivos son de auténtica calidad.
En definitiva, Bérgama es una ciudad única y hermosa, engalanada además con un fascinante pasado clásico. Esta urbe atrae a los amantes de la historia y a todos aquellos que buscan disfrutar de la Turquía más arraigada en un emplazamiento con precios más bajos y un clima relajado. En su día quiso competir con Atenas pero, sin duda alguna, ni la actual Bérgama ni el lugar en el que se erigía la antigua Pérgamo pueden compararse con otro lugar en el mundo.
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