El duende impregna cada átomo de esta parte del mundo
Si llevas dentro a un aventurero nato con ansias de perderse, las islas del Pacifico son ideales para este propósito. Desde nuestra posición nos resultan lejanas. Lugares prácticamente desconocidos de los que tenemos escasas referencias y de los que no conocemos prácticamente a nadie que las haya estado. En muchos casos mal tratadas y vendidas, por desconocimiento, como destinos únicamente de playa de poco interés.
Son lugares inexplicablemente azules, brillantes, cálidos, verdes, fértiles, con olores intensos a flores, frutas y pristina naturaleza. Lugares interesantes e indómitos donde la vida se abre paso a raudales de forma absolutamente distinta a la nuestra. Así como, desde mucho antes que el viejo mundo civilizado tomara consciencia de su existencia. La belleza toma posesión propia de su definición protegida por un océano que mima a sus islas con barreras de fino coral. Al llegar nos invade una corriente de sensaciones, un soplo de energía vital en nuestro espíritu, y como a muchos otros antes, os aseguramos que ansiareis quedaros para siempre.
La idea es hacerlas más cercanas, despertar vuestra inquietud de ver mas mundo que el conocido. Queremos que sintáis ese irrefrenable instinto que muchos llevamos dentro de inconformismo, sed de paraísos remotos y aventuras.
En nuestro azul Océano Pacifico visto desde el cielo y dando rienda suelta a la imaginación, parece que un gran coloso se hubiera sentado a devorar esa parte de la tierra y miles de migas hubiesen caído de su boca al mar. Dando esto lugar a una explosión de vida a través de miles a islas. Lo cierto, es que la fragmentación se produjo de manera menos romántica e imaginativa. A través de los tiempos por movimientos de las placas tectónicas, terremotos y explosiones volcánicas. De cualquier forma el resultado son más de 25.000 maravillosas islas. Muchas más que todas las que conformarían las de los océanos índico y atlántico juntas. Toda una inmensidad, da para escribir toda una vida.
Nos parece interesante que las conozcáis según la división de inicios del siglo XIX. Postulada por exploradores franceses porque la basaron en aspectos culturales, étnicos y lingüísticos de las diferentes islas, porque realmente nos darán una primera idea de lo que allí podemos encontrar. Dejaremos aparte los aspectos geopolíticos que son únicamente una realidad objetiva que podemos encontrar en cualquier parte a tan solo un clic.
Según esta clasificación los archipiélagos de las islas del Pacifico estarían ubicadas en tres regiones:
La región de Melanesia, que significa Islas Negras, proviene del griego melanos – negro y nesos – isla, hace referencia al color de la piel de sus habitantes. Está conformada por Nueva Guinea, Nueva Bretaña y el archipiélago de las Bismarck, las Salomón y las islas de Santa Cruz, Vanuatu (antes Nuevas Hébridas) y Nueva Caledonia.
Este conjunto de islas sigue manteniendo una cierta unidad étnica, sus gentes son de cabellos encrespados y piel oscura. También sus lenguas son claramente diferentes a las de los habitantes de otros territorios. Se podría decir a ciencia cierta que algunos de sus pueblos en determinadas zonas no han tenido ningún contacto alguno con la civilización europea. La mayoría de sus islas poseen una gran variedad de vegetación, fértiles suelos, recursos naturales e incluso en algunas hay ríos. Encarnan el concepto del paraíso inexplorado. Quizás por todo esto despiertan el interés en aquellos exploradores más intrépidos.
La región de Micronesia cuyo nombre proviene de mikros, pequeño, es un conjunto de archipiélagos, formados por islas diminutas, situados al norte de las islas melanesias, recoge a las islas Marianas, Guam, isla Wake, Palaos, isla Marshall, Kiribati, Nauru y los Estados Federados de Micronesia. Muchas de ellas son paraísos para amantes del buceo.
Como anécdota curiosa, Guam fue la primera isla del pacifico donde la expedición de Magallanes pudo parar para aprovisionarse, después de miles de vicisitudes. Para que os hagáis una idea de las condiciones tan terribles en las que se encontraba el navío, que llevaba las provisiones había desertado y vuelto a España hacia casi tres meses y el escorbuto hacía estragos en la tripulación provocando muertes continuas.
La llegada a Guam gracias a las corrientes marinas y a los vientos a favor fue casi recibido como un milagro. Para su sorpresa, los habitantes de Guam los recibieron con amabilidad. No obstante, tenían un comportamiento raro, entraban en los barcos y se llevaban lo que estimaban oportuno, tanto que la tripulación la denomino la isla de los ladrones. No era más que un comportamiento natural y costumbrista de la población autóctona. Compartían todo aquello que procedía de los arboles y consideraron que las naves hechas de madera venían a ser lo mismo. De ahí que cogían como suyo lo que dentro encontraban.
Y por último, la región de Polinesia o islas numerosas (de polys, muchas). Comprende todas las islas situadas en un triángulo imaginario cuyos vértices son Hawái, Nueva Zelanda (Aotearoa) y Rapa Nui (isla de Pascua). En ese triangulo nos encontraremos con Rotuma, Midway, Samoa, Tonga, Polinesia francesa. Quizás la más conocidas de todas las anteriores. Nos hipnotizan sus leyendas, los cantos y bailes, tatuajes que explican la historia. Su intrincada cultura del Mana.
Como veis hay muchas posibilidades que se ajustaran a cada uno de nosotros, tenemos para todos los gustos intrépidos, aventureros, románticos, etc. Hablaremos de algunas de estas islas en más profundidad en siguientes publicaciones para descubriros donde reside su duende.
Esperamos haberos suscitado la curiosidad por embarcaros a viajar a países muy muy lejanos, ya no solo en el espacio sino en muchos casos en el tiempo y cuya belleza e interés no tiene parangón.